Hoy en día ya podemos escoger, y eso es un alivio. Hubo un período en nuestras vidas en donde nuestras opciones se vieron limitadas, un momento en donde el foco estuvo en disminuir contagios y reducir la ocupación de camas en los hospitales, para poder salvar la vida de quienes su situación de salud era de mayor gravedad.

El auge de la pandemia fue un momento histórico, empapado por el miedo, en donde niñas y niños cambiaros sus salas y patios por pantallas y más pantallas, encierro y aislamiento. En donde adultos y adultas, según el área de desempeño, modificamos lo conocido y familiar, por algo que, hasta hace unos años atrás, era impensado en la magnitud en que se dio: El teletrabajo.

En la actualidad, si bien los contagios siguen ocurriendo y los resguardos sanitarios siguen siendo necesarios, poco a poco hemos ido retomando la presencialidad.

Hoy algo es distinto. Hoy podemos optar, podemos decidir, y en esa posibilidad de decisión, las personas podemos buscar ayuda de forma remota o presencial. Ante este escenario, hay muchísimas personas que siguen optando por la modalidad de Terapia Online, ¿Por qué será? Sin duda, en primera instancia, por su efectividad, la Terapia Online sirve y ayuda, y luego, como cuando tomo cualquier decisión en la vida, hay elementos que se ganan y otros que se pierden: Se gana el ahorro de tiempo y dinero en los desplazamientos, se gana el poder escoger a un/a terapeuta según afinidad y especialidad desde cualquier parte del Chile y el mundo, y no sólo a quienes están en mi entorno más cercano, entre muchas otras ventajas.

Así también, se pierden partes de la comunicación no verbal y se pierde la cercanía física, que muchas veces tiene el potencial de suavizar el malestar en una crisis, y con todo esto, según las posibilidades y necesidades de cada persona, en este momento tenemos la opción de escoger: ¿Cuál de estas dos modalidades se acerca más a mi necesidad actual?
En mi práctica clínica, como psicóloga, he tomado la decisión de mantener mis atenciones online, pues puedo palpar los beneficios de esta. A través de la pantalla, he podido acompañar procesos terapéuticos hermosos y transformadores, y nos las hemos ingeniado para transmitirnos calidez, cariño y cercanía.

A través de la pantalla, puedo compartirles un poquito de mi vida, y puedo también entrar a la casa de quienes consultan y conocer un poquito más de sus vidas. Muchas veces me presentan su pieza en donde hacen la terapia, sus cuadros o adornos significativos, a sus mascotas, hijos, etc. De cierta forma, nos sumergimos en la pantalla para conocernos y acercarnos un poquito más. Y se siente bien, se siente un espacio familiar para ambas partes.

Hemos transitado momentos de mucha adversidad, y el autocuidado y el cuidado mutuo son imperativos. No solo para vivir, sino para vivir una vida que nos guste, una vida digna de ser vivida.

La Terapia Online vino a abrirnos caminos y posibilidades para cuidarnos, para proteger nuestra salud mental y la de quienes nos rodean. Hoy es una alternativa, y una muy buena. La Terapia Online vino para quedarse.
Natalia Topaz Psicóloga Clínica Terapia Online

Centro de Terapia del Comportamiento