Las personas diagnosticadas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) tienen en común la afectación de la comunicación integral y social, caracterizada por patrones repetitivos y restrictivos de la conducta. Es un trastorno del neurodesarrollo de origen neurobiológico, en donde es fundamental la detección precoz y la instauración de programas de tratamiento y apoyo temprano.

Síntomas en la interacción y comunicación social:

- Deficiencias socioemocionales que se pueden presentar desde aproximaciones sociales anormales y fracaso para mantener una conversación bidireccional, disminución para compartir intereses o emociones, hasta una falta total en la iniciación de la interacción social.

- Graves dificultades en la comunicación generalizada, baja integración de la comunicación verbal y no verbal manifestada con el nulo contacto ocular y un descifrable lenguaje corporal.

- Déficit en la comprensión y aspectos intelectuales asociados.

- Incapaz de ajustar la conducta social en los diferentes contextos.

Presencia de patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidos:

- Comportamientos motores atípicos, uso de objetos de manera estereotipada.

- Adhesión excesiva a las rutinas y/o excesiva resistencia al cambio.

- Intereses excesivamente fijos y perseverantes.

- Híper o hiperreactividad sensorial (aparente indiferencia al dolor, temperatura, sonidos, texturas).

Es importante señalar, que no todas las personas que tienen un diagnóstico de TEA presentan todos estos patrones y síntomas.

Consideraciones:

- El diagnóstico del Autismo requiere una aproximación multidisciplinaria, incluyendo la información de los padres, observación directa del niño y/o adulto, y del juicio clínico, además de la aplicación de pruebas estandarizadas por parte de los profesionales idóneos, como son el ADI-R y ADOS-2.

- Considerar dentro de las evaluaciones, criterios médicos y neurología amplia, exámenes físicos, motores, audiometrías y estudios genéticos.

- Un 10% de los casos de TEA se asocian a causas sindrómicas identificadas como: Frágil X, Síndrome de Rett y Síndrome de Turner.

- Empoderar a los padres y personas significativas teniendo en cuenta las teorías del desarrollo interpersonal, como la implementación de las técnicas y estrategias de modificación de la conducta.

- La intervención desde edades tempranas gira alrededor de rutinas sociales centradas en todo momento en la motivación e intereses del propio niño, teniendo como finalidad estimular y trabajar áreas del neurodesarrollo como: la imitación, comunicación integral y lenguaje, motivación social, y el desarrollo de las habilidades motoras y cognitivas.

Michelle Rudloff / Fonoaudióloga / Sucursal Viña del Mar

Centro de Terapia del Comportamiento